La presión de la pasión
Atletas como Naomi Osaka y Simon Biles hablan abiertamente de sus problemas de depresión y ansiedad ocasionados por las altas exigencias del deporte de élite, pero ¿Cuál es la importancia de abrirse frente a su público y mostrarse vulnerables? “Me pareció increíble que se comenzara a hablar de eso. Que la gente vea que le puede pasar a cualquiera”, opina Gabriela Carvajal, jugadora de tenis en la Academia Hermanos Rincón.
Gabriela tomó una raqueta por primera vez cuando tenía cinco años y desde ese momento solo quiere estar dentro de la cancha. Sin embargo, las acciones de su ídola en el tenis la hicieron identificarse aún más, puesto que ella misma sufre los efectos de la presión en sus partidos. “En un torneo en Ecuador, me acuerdo muy bien, que me dio un ataque de ansiedad. Estaba entre punto y punto y me dio de la nada. Es durísimo porque cuando tú estás en un partido no quieres salir, pero al mismo tiempo no estaba haciendo nada y me tocó acabar el set. Me sentía desubicada”. Para cualquier deportista existe un nivel de presión bastante alto, pero al final lo que sucede fuera de la cancha se refleja en el juego, “en esos momentos estaba buscando una beca. Las universidades me decían que necesitaban ver resultados y estaba pensando ““si no me va bien, me va a afectar la beca””. Todo se juntó”. Es en momentos como estos cuando los atletas necesitan en su entorno personas que los acompañen y guíen.
Aunque hay casos en los que es así, también encontramos entrenadores que no ponen límites en sus exigencias hacia los jugadores y en vez de ser una ayuda se convierten en los mayores generadores de presión, es el caso de Gabriela en el mismo torneo de Ecuador: “yo antes del partido le dije a mi entrenador “me siento muy nerviosa, más de lo normal” y él respondió “¡Ay, eso no importa! Tú entra y ganas, tienes que ganar este partido”. No me ayudó para nada”.
Las expectativas que tienen los espectadores, entrenadores y familiares sobre los jugadores son bastante altas, se cree que por llevar años practicando un deporte y jugando frente a un público, ya saben cómo controlar los nervios y la presión; por eso hay una sorpresa cuando pierden y se les juzga con facilidad, pero lo cierto es que la respuesta a los problemas de ansiedad siempre se encuentra en el entorno de quien los padece. Además, los atletas se arriesgan a sufrir lesiones que afectan el cuerpo, pero que tienen mayor impacto en la cabeza.
El año pasado, María Paula Manrique, tenista, sufrió una lesión por pubalgia, conocida como la hernia del deportista, y aunque le dolía su lesión, su verdadero temor era no volver a jugar: “Llegué al deportólogo y me dijo “vas a tener que esperar un tiempo sin entrenar, sin hacer ejercicio, para que te puedas curar bien”, yo empecé a llorar”. Así pasó de entrenar todos los días a estar solamente recostada en su cama pensando en los entrenamientos a los que estaba faltando y los torneos que se estaba perdiendo. “Lloré mucho porque desde que empecé a jugar el tenis es mi vida, lo disfruto mucho, y que me dijeran que no podía entrenar por tanto tiempo me dio muy duro, fue una época dura para mí”. Sin embargo, su familia siempre la apoyó y le dio el ánimo que necesitaba para recuperarse de su lesión y volver a coger una raqueta de tenis, “me decían que tranquila, que pronto me iba a curar e iba a volver a jugar. Mi familia me ayudó mucho en el aspecto emocional para no decaer tanto”.
En el deporte, sentir nervios es inherente a la práctica, los jugadores siempre tendrán que crear una estrategia para saber llevar este sentimiento a lo largo de su carrera: “Si no convives con la presión de una forma más o menos racional no tienes cómo ser deportista de rendimiento, la presión es parte del juego, es nuestra forma de vida”, opina Wilson Rincón, entrenador de tenis en la Academia Hermanos Rincón. Para Wilson, mientras más nivel se tenga más se necesita tener la cabeza tranquila para poder competir y mayor es la ansiedad que puede llegar a sentir el deportista, sobre todo la que genera su entrenador: “Mi trabajo es ejercer presión sobre el jugador para sacar lo mejor de él o ella. Decir cosas que no son ricas de escuchar y alguien las tiene que decir, y me toca tener cuidado para no irme, por eso estar de la mano con Corinne -psicóloga deportiva de la academia- para mí es importante. Entender que estamos formando personas antes de preparar a un deportista”.
Aunque en los últimos tiempos se habla cada vez más de la importancia de un psicólogo deportivo que oriente a los atletas, son pocas las academias en Colombia que ofrecen este servicio a sus jugadores. “Todavía muchos entrenadores consideran que es un gasto, y como muchos todavía no entienden cuál es la función, ellos dicen “pero si para motivar también estoy yo”. Un psicólogo deportivo es mucho más que una persona que pueda motivar, “nosotros trabajamos fortaleciendo la mente, ayudando a los deportistas a manejar las emociones, a entender lo que le está pasando en la cabeza”, explica Corinne Martin, psicóloga deportiva de la Federación Colombiana de Tenis.
A pesar de que es solo hasta ahora que se habla más ampliamente de la depresión y ansiedad que sienten los atletas, esto es algo que siempre ha existido en el entorno deportivo ¿por qué ahora se hace más visible? Para Wilson la respuesta radica en nuestra sociedad: “En esta época somos más sensibles, somos más cómodos y el deporte en general nos hace vivir una vida menos cómoda, en donde tenemos que enfrentar que la mayoría de personas no enfrentan”. El sentimiento de intranquilidad no solo invade a un atleta dentro y fuera de la cancha, nos invade a todos, “cuando un ser humano siente ansiedad o angustia, siempre está muy relacionado con estar queriendo controlar algo que no puede controlar. En el caso del deportista, una de las cosas que más quisieran controlar y que menos pueden ser controladas son los resultados. Si yo pudiera decidir si gano o pierdo, te aseguro que nunca perdería, siempre ganaría. Pero el resultado depende de muchas cosas además de mi trabajo”, agrega Corinne.
Así como Naomi Osaka, varios deportistas a lo largo de los últimos años han impulsado la conversación sobre la salud mental en los deportes y han hecho sentir a muchos atletas desde las academias y los pequeños torneos, hasta los campeonatos mundiales, que no están solos; sin embargo, es importante preguntarnos si la salud mental en el deporte es un trending o verdaderamente un movimiento que generará un cambio sostenido en el tiempo.